Los animales sanos, contribuyen a mantener la producción sostenible de alimentos para atender las necesidades de la población humana, ya que los productos de origen animal representan una fuente de alimentos de calidad, e ingresos para los productores y comercializadores.
Para México, el papel de la producción animal es de gran relevancia, y por ello la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en sus artículos 4° párrafo tercero y 25 que toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, y que corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable; no obstante, los cambios en la producción ganadera, la movilidad de las mercancías y la modificación del ambiente, propician el surgimiento y la propagación de nuevos agentes patógenos a escala mundial, por ello la producción pecuaria mexicana no está exenta de riesgos.
A fin de mitigar el riesgo, la Ley Federal de Sanidad Animal (LFSA) promueve la aplicación de actividades de sanidad animal, las cuales tienen como finalidad el diagnosticar y prevenir la introducción, permanencia y diseminación de enfermedades y plagas que afecten la salud o la vida de los animales (artículo 2° de la LFSA), lo cual favorece las exportaciones de los productos del campo mexicano.